El toro, tiene habitualmente un papel y una posición importante entre los dioses, a veces como toro, a veces como símbolo de un dios. A menudo está ligado al poder, a la fuerza indomable. Por ejemplo, simbolizó para los griegos el desenfreno sin remedio de la violencia (El Minotauro). También se la relaciona con Poseidón, dios de los océanos y de las tormentas; así es, este último que Minos imploró para recibir el más bello de los toros que nacieron de los océanos. También está ligado a Dioniso, la virilidad fecunda, a la fertilidad, a la fuerza creadora, y por lo tanto a la tierra, a la lluvia y a las tormentas. También tiene una relación con la luna, que se puede ver en el creciente formado por sus cuernos; un animal lunar en relación con la noche.
En el Rigveda (uno de los grandes textos sagrados del hinduismo) el toro se asocia con el dios Rudra, feroz, cuya semilla abundante fertiliza la tierra. Se asocia también con el viento, la tempestad y la caza. Es un toro celestial, rey de los dioses cuya etimología lo define como señor y aire (soplo/viento, el viento de la primavera y el regreso de la fertilidad), o la atmósfera entre el cielo y la tierra.
Es también la segunda faceta de Shiva; dios de los animales de la muerte y las tormentas.
Sin embargo, también se le atribuye a Mithra, divinidad solar que simboliza al dios muerto y resucitado.
Entre los egipcios (Apis) el toro llevaba un disco solar entre sus cuernos, a la vez un símbolo de fecundidad y una divinidad funeraria. También ha sido asociado con el sol, representando el ardor cósmico, el calor que anima a todo ser viviente.
También es guerrero, símbolo del macho combativo, del poder de la sangre. Tiene a menudo un papel primordial, él es uno de los pilares del mundo.
La Compañía Korbo presenta una épica y espectacular procesión taurina.
El Dios “Toro ” vagando por un laberinto de calles, acompañado de su tribu, os invita a sus bodas de fuego: fusión de la bestia y de la ciudad que a pesar del serpenteo de sus calles laberínticas, acabará por ceder, y abrirá su corazón como una novia que dice “sí” en el altar. “Toro” se ofrece como una ofrenda de dioses a la ciudad; a la manera del caballo de Troya en la Ilíada y la Odisea…
Estáis todos invitados a este matrimonio simbólico que la tribu nómada del dios Toro estará encantada de animar según las reglas del arte. Todo un conjunto de cocineros, escupe fuego, bailarinas de flamenco gitanas, acróbatas, ilusionistas, fanfarrones, vestales, Gauchos, pastores, vaqueros, “toreros” sobre zancos, desfilarán en esta procesión, y os propondrán un mundo onírico, cautivador, poético, donde los cuatro elementos harán parte de la obra: la Tierra, el Fuego, el Aire y el Agua.
Esta procesión se dividirá en cuatro cuadros que representan cada uno de los 4 elementos, creando cuatro ambientes musicales diferentes, permitiendo así viajar por todo el Mediterráne y mucho más allá. Así rendimos homenaje a este hermoso animal, proponiendo una visión diferente de nuestra relación con éste… Un carruaje itinerante, transportando víveres, bebidas y otras sorpresas, remolcado por cocineros armados hasta los dientes; cucharones, cacerolas y víveres, serán lanzados a la calle y se propondrá a algunos espectadores, algo para beber y comer, para celebrar estas Bodas de Fuego (lanzamiento de arroz, almendras azucaradas, confeti, humo y fuegos artificiales). ¡Viva la novia! ¡Viva la ciudad! ¡Larga vida a TORO!